CARTA A UN PADRE FALLECIDO
Para mi
padre...
Para él y
por él, de nuevo escribo letras.
Letras que
salen de mi alma, y que jamás me canso de escribir y expresar.
Nunca
dejaré de escribirle porque le quiero, le quise...
y le seguiré queriendo.
y le seguiré queriendo.
Jamás
dejará de inspirarme su amor y su recuerdo.
Jamás
dejaré de escribirle poemas,
poesías o
cuentos; historias que vivió, que vivimos.
Y es que me
sale del alma hacerlo a cada instante,
en un papel
en blanco, un papel limpio de cualquier argumento.
Palabras
que salen del viento que es su voz,
sonidos que
salen del aire, que son canciones que él cantaba y yo tarareo ahora con una
sonrisa callada

Lluvia que
empapa mi rostro, que son sus
lágrimas de alegría
por ver
escrito cada día todo el amor que le tuve,
que me
daba, que siempre le tendré y que aún le tengo.
Escribiría
un libro y después otro y otro, llenando toda una biblioteca con ellos,
rodeándome de sus letras, sus comas, sus puntos seguidos y apartes... y me
dormiría con todos y con cada uno de sus títulos, despertándome de nuevo entre
ellos, recordando con tierna alegría lo protegida y querida que fui por
él, día tras día.
Te extraño
mucho papito.
A mi
queridísimo padre, otra vez y las veces
que hagan falta.

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