ENAMORATE DE TU VIDA
Cuando falta el amor, solo queda la sobrevivencia. Y no me refiero tan solo al amor que sientes por tu pareja o tu familia: estoy hablando, por sobre todo, del amor que experimentas hacia lo que en este preciso momento se está escurriendo entre los dedos: tu VIDA.
Dejemos al dinero de lado por un momento: ¿cuál es esa actividad a la que te dedicarías por el solo disfrute que encuentras en ella? A esto es a lo que debes destinar la mayor parte de tu tiempo. La vida es demasiado corta como para que dejes que los remordimientos la acorten aún más. No importa lo que los demás te digan: tú tienes el poder de transformar tu vida en ESO que tanto quieres.
La diversión no es un lujo, representa una ne-ce-si-dad. Así que no sigas permitiendo que el pasaje del tiempo te robe el sentido de asombro y la capacidad de divertirte. Visita a tu niño interior con más frecuencia; piérdete (o encuéntrense) en nuevas historias cinematográficas o disfruta de esas lecturas que duermen empolvadas en tus estantes.
Rodéate de buena energía
“Dime con quién andas y te diré quién eres”, reza el gastado dicho. Y, ¡esconde algo de verdad! Así, por ejemplo, las personas pesimistas suelen andar juntas; ¡este es un mal sumamente contagioso!, y representa tan solo uno de los numerosos motivos por los que debes rodearte de gente positiva. Ellas serán las que te mostrarán el lado luminoso de la vida, cuando tú no puedas verlo.
Eso de esperar a la jubilación para cumplir con todas tus asignaturas pendientes NO es una opción. Para empezar, quién sabe si llegarás tan lejos... y aunque lo hicieras, ¡habrías pasado la mayor parte de tu vida esperando! Así que toma papel y lápiz y esboza un plan de todos esos pequeños pasos que debes seguir para cumplir con tus objetivos. Esta sencilla medida hará que tus utopías se transformen en objetivos plenamente realizables.
Comentarios
Publicar un comentario